Empresa y espiritualidad by Daniel Gabarró

autor:Daniel Gabarró [Gabarró, Daniel]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Boira Editorial
publicado: 2015-12-01T03:00:00+00:00

Eso me lleva a pensar en la falta de motivación. ¿Crees que está relacionada a menudo con la autoestima? ¿Cómo evitar que el exterior y las críticas nos hieran la autoestima?

El problema no es tanto lo que los demás nos puedan decir, sino todo lo que ya hemos interiorizado y por tanto nos estamos diciendo continuamente a nosotros mismos. Si alguien me hiere es porque le otorgo credibilidad, es decir, no es el otro quien me hiere, sino yo mismo quien lo creo. Nadie puede herirme si no creo sus palabras. Solo yo puedo herirme a mí mismo.

En este punto el sentido del humor es fundamental. Es importante que nos podamos reír de nuestra propia vida, no debemos tomarnos demasiado en serio. Si no somos lo que pensamos, ni lo que sentimos, ni lo que hacemos, entonces no nos podemos tomar en serio, y por tanto el sentido del humor es inevitable.

Hay quienes creen demasiado en ellos mismos, se identifican con lo que les pasa y no pueden marcar una distancia entre lo que son y lo que les sucede. Entonces, ¡por supuesto que no se pueden reír de lo que les pasa! Y frecuentemente nos pasan cosas que son de tebeo, de cómic. La vida muchas veces es la bomba, increíblemente cómica si no te tomas a ti mismo/a demasiado en serio...

Lo importante es representar el papel que nos toca vivir con total convicción y pasión, pero sin creérnoslo demasiado, ya que solo es circunstancial. Dentro de cien años habrá otros actores haciendo este papel, así que no te lo tomes demasiado en serio. Es como en el teatro: la compañía representa la obra con total convicción y fuerza, pero ninguna de las actrices cree que sea Electra, o Antígona. Además, si nos identificamos demasiado con nuestro papel, es inevitable caer en el juego de las jerarquías, las clases sociales, las discriminaciones, el odio, la violencia...

Además, el día que descubrimos —y esta también es una experiencia claramente espiritual— que cuando Dios padre también nos mira como a sus hijos amados, igual que a Jesús en el Jordán, y nos envía su espíritu para que despertemos, nos veremos perfectos y amados. ¿Cómo no tener autoestima, si somos hijos de Dios? No somos mejores que nadie, pero somos perfectos. Entonces dejamos de dar crédito a los errores y a las críticas: son cosas que suceden, pero no tienen que ver con nuestra esencia.

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